En el estudio, publicado en el portal Cell Biology, los investigadores han buscado la manera en volver más vulnerables al tratamiento que previene la autofagia a las células cancerígenas.

Para ello, los investigadores probaron más de 8200 compuestos en una línea celular del cáncer de ovario conocida por ser resistente a spautin-1 –un inhibidor de la autofagia- o una versión mejorada de este inhibidor.

Los expertos descubrieron que quizartinib, un fármaco que está siendo probado como tratamiento para la leucemia mieloide aguda, fue el más efectivo para hacer a las células cancerígenas más susceptibles a os efectos de los inhibidores de la autofagia.

Cuando las células del cáncer fueron tratadas con quizartinib, una vía metabólica importante conocida como glicólisis fue inhibida con éxito. Sin embargo, esto llevó a la activación a una forma de autofagia conocida como macroautofagia, mediante la cual la célula digiere una gran proporción de su contenido.

Los expertos también trataron estas células con quizartinib y una versión mejorada de spautin -1 y tuvieron más éxito. Las células tumorales de una variedad de líneas celulares fueron eliminadas y las células no cancerígenas no fueron afectadas.

Además, encontraron que las células tratadas con ambos compuestos fueron incapaces de activar la macroautofagia. En su lugar, se inició un proceso llamado autofagia mediada por carabinas.

H2K fue unos de los objetivos eliminados por este proceso, y consecuentemente su eliminación puede haber llevado a la muerte de estas células cancerígenas.

Fuente: http://jcb.rupress.org/content/210/5/682.1



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