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BEBIDAS ENERGIZANTES

Por Amalia Beatriz Dellamea
Centro de Divulgación Científica
Facultad de Farmacia y Bioquímica
Universidad de Buenos Aires
Una investigación de la Universidad de Bonn, Alemania, presentada la
semana pasada en la reunión Anual de la Sociedad de Radiología de los
EE.UU., mostró que el corazón altera sus parámetros normales de bombeo,
aun en personas que han consumido una unidad de las llamadas bebidas
“energizantes”, una hora después de haberlas ingerido. Si bien son datos
preliminares, y los primeros que muestran alguna relación entre el consumo
de estas bebidas y sus posibles efectos, los científicos se preguntan
ahora cuáles podrían ser las consecuencias en el largo plazo de consumir
varias unidades diarias de estas bebidas.
En 2013 la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y Salud
Mental de los EE.UU. informó que la cantidad de pacientes atendidos en los
servicios hospitalarios de urgencias debido al consumo de bebidas
“energizantes” aumentó de 10.068 en 2007, a 20.783, en 2011. La mayoría de
ellos tenían entre 18 y 25 años y en segundo lugar se situaban los de 26 a
39 años. También preocupa que se esté incrementando el consumo entre los
adolescentes tempranos y los niños.
En la Argentina aumenta cada vez más el hábito de consumir estas bebidas,
y es preocupante su mezcla con alcohol, en general vodka o champaña,
especialmente en las llamadas “previas”, es decir en los preparativos que
estilan hacer los jóvenes antes de salir a bailar, entrada la madrugada de
los fines de semana. También se nota el incremento en las cartas de
bebidas de locales bailables y pubs de tragos que combinan energizantes
con distintas bebidas alcohólicas. Asimismo, los estudiantes las toman
para “concentrarse” mejor durante las épocas de exámenes y quienes
practican actividades deportivas para mejorar su rendimiento.
Una toxicóloga argentina de la Universidad de Buenos Aires señaló que
resulta de interés averiguar no sólo los efectos que podría tener la
cafeína agregada a estos productos, sino en especial, la adición de
taurina y glucuronolactona.
Las bebidas “energizantes” incrementan significativamente la tasa de
contracción del ventrículo izquierdo del corazón, cuando se la mide una
hora después de que los participantes del estudio, jóvenes sanos, hubiesen
ingerido una unidad de tales bebidas, según lo informó el doctor Jonas
Dörner, de la Universidad de Bonn, Alemania, en la Reunión Anual de la
Sociedad Estadounidense de Radiología, realizada en Chicago los primeros
días de diciembre.
“El ventrículo izquierdo es el motor del corazón. Recibe sangre oxigenada
de los pulmones y la bombea hacia la aorta, que a su vez la distribuye al
resto del cuerpo”, graficó Dörner en una entrevista con BBC Word.
“Es sabido –dijo el científico alemán—que la taurina y la cafeína tiene
efectos estimulantes de la contractilidad cardíaca”. A lo que agregó;
“Pero lo que nos sorprendió son las diferencias (que muestran las imágenes
tomadas antes y después de consumir energizantes) a pesar de que las
concentraciones de taurina y de cafeína que usamos en el estudio no eran
altas”. Utilizaron 32 miligramos por cada 100 mililitros de cafeína y 400
miligramos por 100 mililitros de taurina; es decir, concentraciones muy
similares a las contenidas en las bebidas energizantes de mayor consumo.
El equipo de investigadores trabajó, en esta primera etapa con 20 varones
y 11 mujeres, todos voluntarios sanos, cuyo funcionamiento cardíaco fue
evaluado mediante resonancia magnética con una novedosa técnica, conocida
por las siglas CSPAMM (por complementary spatial modulation of
magnetization). Hallaron modificaciones significativas en la
contractilidad (peak strein y peak systolic strain rates).
También como parte de la investigación, el equipo de la Universidad de
Bonn probó dar a algunos de los participantes una bebida que solo
contuviese cafeína –en este caso café helado—en la misma concentración que
las bebidas energizantes ensayadas en la etapa anterior. Para descartar
la posibilidad de que hubiese impacto residual, estas pruebas fueron
realizadas entre 2 y 3 semanas después de la primera. En este caso, los
investigadores no encontraron diferencias significativas en el
funcionamiento cardíaco antes y después de consumir solo cafeína.
“No hay evidencias científicas que consoliden el uso seguro de estas
bebidas. Es posible que se produzcan interacciones entre los
constituyentes de las bebidas energizantes, las cuales no han sido
estudiadas todavía. Se considera posible una interacción entre cafeína,
taurina y alcohol, esto marca la necesidad de que se investigue en
humanos, y muy especialmente en condiciones de ejercicio o fuerte
actividad física; además es de notar la consecuente deshidratación que
provoca”, destaca la doctora Edda Villaamil Lepori, profesora titular de
la Cátedra de Toxicología y Química Legal de la Facultad de Farmacia y
Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires.
Ya en 2005, Villaamil, preocupada por el incremento del consumo en la
Argentina, publicó un extenso informe sobre el estado de la cuestión en el
órgano informativo de la Asociación Toxicológica Argentina.
Por entonces, un estudio de la consultora ACNielsen mostró que a partir de
septiembre de 2003 y hasta enero de 2004, el crecimiento del consumo en la
Argentina había sido cercano al 300%. Todo indica que la tendencia se ha
mantenido. En el mercado mundial, este segmento de productos mueve unos
2.5000 millones de dólares estadounidenses por año.
“Es bien conocido que la taurina y el alcohol inhiben la liberación de la
hormona antidiurética – vasopresina—por lo cual pueden actuar aditivamente
sobre la pérdida de agua y sodio en el organismo en cortos períodos. Como
consecuencia, pude producirse una rápida deshidratación con posibilidad de
presentar un shock cardíaco”,
“Así también –explica Villaamil—la concentración de glucuronolatonas que
aportan los energizantes es de entre 2,5 y 30 veces la máxima dosis
aportada por los alimentos. Es decir que en caso de tomar una lata se
están ingiriendo 2,5 veces más que lo que normalmente incorporamos con la
dieta”. A lo que agrega:”La cuestión es que no hay datos sobre las
consecuencias para la salud d consumir altas cantidades de
glucuronolactonas.
Las bebidas energizantes son productos de venta libre, “sin embargo,
expertos de varios países no los consideran tan inofensivos como aseguran
sus fabricantes”, sostiene Villamil.
Por su parte, Jonas Dörner expresó que los resultados que encontraron en
la contractilidad cardíaca no se sabe si afectan –y, de hacerlo, cómo— en
las actividades diarias o en la performance atlética. “Todavía
desconocemos en qué grado el consumo de bebidas energizantes puede
conducir a eventos cardíacos adversos, tales como ataques o arritmias”,
dijo el experto alemán. En especial, porque los investigadores alemanes
estudiaron a jóvenes sanos.
Mientras tanto, los científicos recomiendan que los niños y las personas
con arritmias diagnosticadas no consuman estas bebidas, dado que las
alteraciones en la contractilidad pueden conducir a la generación de
arritmias.
RECUADRO 1
¿Qué son las bebidas “energizantes”?
Las llamadas bebidas “energéticas” o “energizantes” se consideran bebidas
mezclas embotelladas o enlatadas que contienen extractos de plantas,
azúcar y otras sustancias. Los ingredientes principales de la mayoría de
estas bebidas son: taurina, cafeína, guaraná, ginseng, glucuronolactona y
vitaminas Algunas contienen minerales, inositol, creatinina, entre otras
sustancias.
El Comité Evaluador de la Comunidad Europea estimó, sobre la base de
considerar latas de 250 mililitros, que el consumo medio consiste en O.5
latas, esto es unos 125 mililitros por día; el crónico alto, 1.4 latas, es
decir, 350 mililitros; y el agudo, 3 latas, esto es, 750 mililitros. El
informe de este Comité señala que existen datos sobre consumos agudos
extremos de entre 8 y 12 latas por día. En la Argentina también se han
registrado consumos de 6 latas diarias.
La Organización Mundial de la Saluda (OMS) sugirió que, por su composición
y sus efectos, se las denomine “bebidas estimulantes”. Varios países
europeos consideraron que estas bebidas solo deben ser vendidas en
farmacias. La mezcla de cafeína y alcohol puede provocar cuadros de
deshidratación con posible riesgo cardíaco y renal. Así por ejemplo, la
Administración Nacional de Suecia advirtió a la población que no consuma
energizantes con alcohol. En Noruega, el gobierno clasificó el producto
como medicamento y prohibió su venta por menor.
Tomado de Villamil Lepori, Edda. “Las bebidas energizantes”. Boletín
Informativo de la Asociación Toxicológica Argentina, Vol. 67-68: 38-44,
2005.
RECUADRO 2
Advertencias de la ANMAT
B.O. 29/06/05 SUPLEMENTOS DIETARIOS Disposición 3634/2005 - ANMAT
Establécese que serán encuadradas como suplementos dietarios las bebidas
no alcohólicas que tengan en su composición ingredientes tales como
taurina, glucuronolactona, cafeína e inositol, acompañados de hidratos de
carbono, vitaminas y/o minerales. Valores máximos.
(…)
Art. 2º - Los rótulos deberán incluir las advertencias que correspondan
del artículo 1381 del Código Alimentario Argentino y la siguiente leyenda:
"Personas de edad o con enfermedades deberán consultar con su médico antes
de consumir este producto".
Art. 3º - Además de las advertencias del artículo anterior deberán
consignar también la leyenda: "EL CONSUMO CON ALCOHOL ES NOCIVO PARA LA
SALUD", en letras que contrasten con los colores del fondo y con las otras
advertencias, en un tamaño superior al 5% (cinco por ciento) de la altura
del envase. Estas leyendas o mensajes deben apreciarse fácilmente, en modo
visual o auditivo, en toda forma publicitaria de esta categoría de bebidas
y todas aquellas que la autoridad de aplicación considere necesarias. (…)
Art. 5º -La publicidad y difusión de por cualquier medio que se utilice,
se deberá ajustar a la normativa vigente, quedando sujetas a las
siguientes restricciones:
a) No deben ser asociadas directa o indirectamente al consumo con bebidas
alcohólicas.
b) No deben presentarse como productoras de bienestar o salud.
c) Su consumo no debe vincularse con ideas o imágenes de mayor éxito en la
vida afectiva y/o sexual de las personas, o en actividades deportivas, o
hacer exaltación de prestigio social, virilidad o femineidad.
d) En el mensaje no deben participar, en imágenes o sonidos, menores de
dieciocho (18) años de edad