fiber_newNoticias
Apoyo internacional a los farmacéuticos uruguayos que no quieren vender marihuana en farmacias

Mientras que gran parte del mundo quedó fascinado por la decisión del gobierno uruguayo de permitir la venta libre de marihuana, algunas voces se alzaron descontentas. No tanto por lo que implica la despenalización de esta droga, sino por los efectos que iba a llevar en el sistema sanitario, en especial en las farmacias. Las dudas de los profesionales del sector, que serán los encargados de vender el producto, hasta el momento no fueron escuchadas. Esta semana, el pedido para rever la situación logró apoyo internacional, lo que potencia el llamado de atención. Para los farmacéuticos locales, la presencia e este cultivo desvirtúa el fin sanitario de los mostradores.
Las dudas uruguayas contaron con el apoyo de la Federación Internacional de Farmacéuticos (FIP). Mediante una carta firmada por su titular Michel Buchmann, la entidad que reúne a los profesionales de todo el mundo respaldó a los profesionales locales que no quieren vender marihuana. “La FIP entiende que esta nueva ley es muy compleja en cuanto a que involucra aspectos éticos, científicos, sociales, políticos, legales y profesionales sin olvidar la dimensión económica, dimensión de mucho peso", expresa la comunicación, dirigida a Virginia Olmos y Eduardo Salvio, representantes de la Asociación de Químicas y Farmacias del Uruguay.
La carta, que fue reenviada a varios funcionarios del gobierno, considera que la situación en Uruguay "no es un caso de aprobación de cannabis para uso médico, el foco del debate se corre a tratar de definir si las farmacias comunitarias son o no son el lugar apropiado para la provisión de sustancias consumidas por individuos con fines recreativos".
Además, explica que "hay sustancias que pueden tener un impacto negativo en la salud pero que, sin embargo, la sociedad las tolera y las considera como aceptables, transfiriendo al individuo la decisión de consumirlas o no", como bebidas alcohólicas, tabaco en distintas presentaciones así como otros productos naturales o sintéticos. Argumentando esto último, enumeran una serie de inconvenientes que observan para la venta de cannabis en farmacias, expresando que "seria paradójico, no ético y contrario al código deontológico de nuestra profesión, proveer un producto que puede ser perjudicial para la salud".
"Considerando todo lo anterior, FIP expresa su grave preocupación por el proyecto de ley sobre distribución de marihuana a través de las farmacias comunitarias en Uruguay e invita a las autoridades sanitarias y a todas las partes interesadas a reconsiderar esta intención", subraya la comunicación. Señalan que "Uruguay puede ser un pequeño país pero el mundo entero está observando atentamente como será el desarrollo de la implementación de esta ley y, seguramente, otros países querrán seguir los pasos de Uruguay en este asunto". "Es por eso que las consecuencias de las decisiones tomadas en Uruguay seguramente tendrán impacto más allá de las fronteras nacionales", advierten.
Antes de que se aprobara la ley que despenaliza la marihuana, farmacéuticos y químicos del país vecino expresaron sus dudas, entre otras cuestiones por razones de seguridad. "No estamos de acuerdo con la venta de una droga de abuso en una farmacia, que es considerada un centro de salud", dijo Olmos, presidenta de la Asociación de química y farmacia del Uruguay. La dirigente aclaró que si bien la idea de vender la sustancia en las farmacias provino de los propietarios de estos establecimientos, los químicos farmacéuticos, directores técnicos de las farmacias, se oponen a la misma.
La Asociación aceptaría vender la droga "si se establecen sus propiedades farmacológicas y se dispensa como un medicamento, bajo prescripción médica", indicó Olmos, explicando que si no es así los químicos farmacéuticos evaluarán plantear su objeción de conciencia ante la medida. De esta forma, los profesionales ponen reparos, ya que consideran que además puede volverse blanco de la inseguridad.
Luego de recibir la carta de la FIP, el secretario de la Asociación de Química y Farmacia del Uruguay, Eduardo Savio, dijo al diario local El País que si se obliga a la venta de marihuana en farmacias "la manera elegante de decir que no es dejar la dirección técnica. Creo que corren el riesgo de que no tengan químicos para las direcciones y entonces las farmacias van a dejar de ser farmacias y van a pasar a ser lo mismo que un kiosco, porque no habrá garantías de que los procesos estén autorizados por químicos".
"La FIP está dispuesta a aunar esfuerzos con la Asociación de Química y Farmacia del Uruguay y las restantes partes interesadas para contribuir a encontrar otras soluciones a este complejo problema y, además, a hacer más eficiente al profesional farmacéutico en su papel de mejorar la salud en Uruguay", concluye la misiva presnetada.
El proyecto –que convertiría al Estado uruguayo en el primero en el mundo en asumir el control de todo el proceso de producción y venta de cannabis –fue aprobado a mediados de agosto. Se estima que el mercado ilegal mueve entre 30 a 40 millones de dólares.
La medida fue muy festejada por diversos sectores del país y la región, pero encontró bastante resistencia en los espacios más conservadores de la lucha contra el narcotráfico. Así, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), organismo de Naciones Unidas, criticó el voto en Uruguay al considerarlo como una violación a las obligaciones pactadas del país. “La JIFE exhorta a las autoridades uruguayas a garantizar que el país siga cumpliendo totalmente con la ley internacional que limita el uso de narcóticos, incluyendo el cannabis, exclusivamente para propósitos médicos y científicos”, indicó la agencia.
Fuente: Mirada profesional